viernes, 24 de abril de 2009

Diez Herramientas para hacer brillar la Educación


Herramienta 3
Exposición reflexiva:
el arte
del discernimiento
Objetivos de esta técnica:
Aliviar el SPA (síndrome de pensamiento acelerado), volver a encender la motivación, desarrollar el cuestionamiento,enriquecer la interpretación de textos y enunciados,
abrir las ventanas de la inteligencia.

¿Todo estrés es negativo? ¡No! El estrés es sólo ne­gativo cuando es intenso, bloquea la inteligencia y ge­nera síntomas. Hay un tipo de estrés positivo que abre las ventanas de la memoria y nos estimula a superar obstáculos y resolver dudas. Sin ese estrés, nuestros sueños se diluyen, nuestra motivación se arruina. ¿La educación produce el estrés positivo? ¡Frecuentemen­te negativo! ¿Por qué? Debido a la transmisión de co­nocimiento frío, listo y sin sabor.

Esta transmisión crea un ambiente sin desafíos, aventura e inspiración intelectual. Educar es provocar la inteligencia, es el arte de los desafíos. Si un maestro no consigue provocar la inteligencia de los alumnos du­rante su exposición, no los educa. ¿Qué es más impor­tante en la educación: la duda o la respuesta? Muchos creen que la respuesta. Pero la respuesta es una de las mayores trampas intelectuales. Lo que determina el ta­maño de la respuesta es el tamaño de la duda. La du­da nos provoca mucho más que la respuesta. La duda es el principio de la sabiduría. Cuanto más duden de sus verdades un científico, un ejecutivo o un profesional, o cuestionen el mundo que los rodea, más expandirán el mundo de las ideas y más brillarán. Los maestros deberían provocar la mente de los alumnos y generarles la duda. ¿Cómo?

Realizando la exposición con interrogaciones fre­cuentes. Al hablar sobre el átomo, el maestro debería preguntar: "¿Quién nos garantiza que el átomo exis­te?", "¿Cómo podemos afirmar que está formado por protones, neutrones y electrones?" Los maestros de matemática, de lengua e historia deberían aprender a cuestionar creativamente el conocimiento que expo­nen. Las palabras "¿por qué?", "¿cómo?", "¿dónde?", "¿cuál es el fundamento de eso?" deben ser parte de su rutina.

La exposición con interrogaciones genera la duda, la duda genera el estrés positivo, y ese tipo de estrés abre las ventanas de la inteligencia. Así formamos pen­sadores, y no repetidores de informaciones. La expo­sición con interrogaciones conquista primero el terri­torio de la emoción, después el escenario de la lógica, y en tercer lugar, el suelo de la memoria. Los alumnos quedan supermotivados, se vuelven investigadores, y no una masa de personas manipuladas por los medios y por el sistema.

La exposición con interrogaciones transforma la información en conocimiento, y el conocimiento en ex­periencia. El mejor maestro no es el más elocuente, sino el que más provoca y estimula la inteligencia.

Formando mentes libres
Si los alumnos permanecen en la escuela durante cuatro años como meros oyentes de las informaciones, dejan de ser observadores del mundo y de sí mismos y se vuelven espectadores pasivos. Algunos jóvenes, en este proceso, se tornan arrogantes e insensibles, ansio­sos y con rasgos de psicopatía.

¿De qué se alimentan intelectualmente psicópatas o dictadores? De verdades absolutas. Ellos no dudan, no cuestionan sus comportamientos humanos. El mundo gira en torno de sus verdades. Ellos hieren a los otros y no sienten su dolor. Para liberarse, un psicópata ne­cesita aprender a amar el arte de la duda, pues sólo así sabrá repensarse y ponerse en el lugar de los otros.

Los maestros deben superar el vicio de transmitir el conocimiento listo, como si se tratara de verdades ab­solutas. Incluso porque, cada diez años, muchas verda­des de la ciencia se vuelven folclore y pierden su valor. Pruebe hacer por lo menos diez preguntas por cla­se. No piense que esto es tan simple, pues exige un en­trenamiento de seis meses. La educación emancipa, forma mentes libres y no robotizadas y controladas por el consumismo, la paranoia de la es­tética y la opinión de los otros.


Por Augusto Cury
Extraído del libro: “Padres brillantes, maestros fascinantes”. Editorial Zenith

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